Santa Teresa de Jesús

El 28 de marzo de 1515 nació Santa Teresa de Jesús en Ávila, España. Teresa de Jesús –su nombre adoptado de monja– se desarrolló de forma religiosa desde los dieciséis años al ser internada como pupila en un convento y adoptando el hábito en 1537. Desde joven su gusto por la lectura sobre la vida de santos y los libros de consumo popular de aquel tiempo como los de caballería, la llevaron a plasmar su vida y evolución espiritual en la escritura.  Algunas de sus obras más reconocidas y fuentes de información actual sobre ella son La vida, Relaciones espirituales, Libro de las fundaciones y las recopilaciones de sus cartas. 

 

Expuesta desde pequeña a la devoción de su familia, la lectura de la vida de santos y las historias de los mártires, se mostró dispuesta desde los seis años –planeando con su hermano, escapar y morir como mártires– a llevar una vida similar. Estos intentos siempre fueron impedidos por sus familiares y se mantuvo alejada de esta idea por un tiempo.  La muerte de su madre y el impedimento de su padre de llevar una relación con su primo, fue lo que la llevó a plantearse la alternativa de llevar una vocación como religiosa. No fue hasta el paso de unos años que con el ingreso de una amiga al Convento de la Encarnación en Ávila, decidió darle inicio a su vocación como monja.   

 

Su etapa inicial como monja fue marcada por una enfermedad que ningún curandero ni médico pudo tratar. El padecimiento de la enfermedad impactó enormemente en su espiritualidad, 

logró alcanzar la oración de quietud y la oración de unión –un grado o forma de contemplación comparada con la meditación profunda– como forma de espera y resiliencia ante su padecimiento. Poco tiempo después, según ella narra, por intercesión de San José, sanó completamente.

 

En los siguientes años a este suceso, por medio de la oración de quietud y la oración de unión, comenzó a recibir mensajes místicos.  A inicios de 1557 es cuando data de ser testigo de “palabras sobrenaturales”, hasta que estas se desarrollaron en visiones, hasta llegar a lo descrito como el éxtasis. Impulsada por los mensajes recibidos, es que de la mano del fraile Juan de la Cruz, fundó el Orden de los Carmelitas Descalzos. Que se basaban en la vida de oración, ayuno, renuncia de propiedades y la práctica del silencio. 

 

No muchos estaban de acuerdo con que una mujer fuese quién liderará la orden, por lo tanto fue objeto de acusaciones de ser una farsante ante la inquisición. Fue etiquetada además de de “fémina inquieta, andariega, desobediente y contumaz” por el nuncio papal, Filippo Sega.  A pesar de esas etiquetas y acusaciones, tras una investigación por la inquisición se probó su inocencia. La Orden de las Carmelitas Descalzos continuó fundando conventos, de los cuales algunos Santa Teresa no pudo más que escuchar de los logros, debido a la enfermedad que marcó sus últimos años.  

 

Santa Teresa de Jesús murió el cuatro de octubre de 1582.  Su impacto religioso la llevó a ser beatificada en 1614, canonizada en 1622 y una de las primeras mujeres en ser nombrada doctora de la iglesia en 1970. Aunque esta no sólo está restringida al área religiosa y espiritual, ampliando la perspectiva su impresión es la de una mujer liderando la lucha por sus creencias. Una mujer que como muchas que han dejado su huella en la historia, se demostró inquieta y desobediente.