María Luisa Bombal

Exponiendo a través de sus escritos la desigualdad de género y un discurso del disfrute de la sexualidad de la mujer, que no habían sido tratados hasta el momento en la narrativa latinoamericana.  

 

La autora nació el 8 de junio de 1910 en Villa del Mar, Chile. Tuvo su acercamiento a la literatura desde pequeña con las lecturas que le hacía su madre de los cuentos de los Hermanos Grimm y de Hans Christian Andersen.  Llevándola gracias a estas influencias a la creación de sus primeros escritos alrededor de los ocho años.  

 

María Luisa Bombal tenía veintitrés años cuando publicó su primer libro, La última niebla (1934). La obra fue publicada por la editorial Francisco A. Colombo a cargo de Oliveiro Girondo. Llegando pocos años después (1938) su segunda publicación,  la novela La amortajada. Estas dos obras son las que más destacan de su carrera literaria. A pesar de que su obra es relativamente de breve extensión, su impacto en el mundo literario recae en la focalización de sus personajes femeninos y su mundo interno. Es de esta forma que la escritora a través de sus creaciones apoyó el desarrollo de la narrativa chilena, en específico la novela hispanoamericana de mujeres. 

 

En cuanto a la impresión que logró en el mundo literario en el que la escritora se desenvolvió, siendo amiga de Pablo Neruda, María Antonieta Hagenaar, Jorge Luis Borges, Oliveria Girondo, entre otros. Fue el de una mujer de fuerte personalidad y libre de prejuicios. Siendo apodada gracias a estas características como “abeja de fuego” por Neruda. 

 

María Luisa Bombal falleció a los sesenta y nueve años de edad el 6 de mayo de 1980 en Santiago, Chile. Dejando su legado de obras que la hicieron merecedora del Premio Ricardo Latcham (1974), el Premio Academia Chilena de la Lengua (1976) y el Premio Joaquín Edwards Bello (1978). 

 

La editorial Seix Barral realizó en el 2021 una reciente edición de sus dos novelas, La última niebla y La amortajada en un solo libro. Probando de esta forma la importancia actual que siguen teniendo sus obras. Una abeja de fuego que sigue viva en su escritura.