Jorge Matute Remus

Jorge Matute Remus
Jorge Matute Remus nació en Guadalajara, Jalisco, el 17 de febrero de 1912. Matute descubrió desde joven su gusto por las ciencias exactas e ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guadalajara en 1929, graduándose en 1933. Su rápido paso por la vida universitaria se debió a la urgencia que tenía de ayudar a su padre para mantener a la familia.
 
Después de trabajar brevemente como maestro de matemáticas en el Colegio Internacional, ingresó a la Dirección Nacional de Caminos del estado en 1933, donde ayudó en la construcción de la carretera México-Laredo. Gracias a su dedicación en la planeación de carreteras y en la construcción de los primeros rascacielos de Guadalajara, Matute se ganó el reconocimiento de sus compañeros ingenieros en el país y en el extranjero,  razón por la que se le ofreció un trabajo en Venezuela dentro de la compañía petrolera El Águila que rechazó para ejercer como Rector de la Universidad de Guadalajara entre 1949 a 1953.
 
Durante su gestión en la Universidad, formó parte de varios proyectos dentro de la institución, como la reforma que cambió el criterio de ingreso y permitía la aceptación de cualquier alumno del estado, así como la creación del Instituto Tecnológico que dio paso al Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías y la creación de la Escuela de Arquitectura.
 
En 1950 realizó la hazaña más conocida de su trayectoria profesional: el traslado del edificio de Telefónica Mexicana en el centro de Guadalajara. El proyecto inició en mayo con la colocación del equipo necesario para el traslado del edificio y el 24 de octubre fue testigo de cómo 1700 toneladas se movían a lo largo de 12 metros durante 6 días. En ningún momento se interrumpieron las labores dentro del edificio e incluso la esposa e hijo de Matute ingresaron en la instalación como prueba de confianza. La obra fue finalizada en noviembre del mismo año después de su cimentación.
 
Acabada su gestión de rector, entre 1953 y 1955 asumió la presidencia municipal de Guadalajara, en donde contribuyó en la creación del SIAPA y en numerosos proyectos para la ciudad, como la ampliación de múltiples avenidas, la construcción de espacios públicos y monumentos, como la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres o el patio exterior de El Expiatorio de Guadalajara.
 
Matute recibió varios reconocimientos por su labor a lo largo de su vida, entre los que se encuentra las Palmas Académicas de Francia en 1951, el premio Ciudad de Guadalajara en 1955 y un reconocimiento por parte de la UNESCO por su labor docente en 1970. Falleció en 2002 después de dedicar toda una vida a la ciudad de Guadalajara y en 2014 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
 
El legado que dejó Jorge Matute Remus a los tapatíos es la visión de una Guadalajara moderna y preparada para los retos que traería ser una de las ciudades más grandes del país, sin dejar de lado sus preocupaciones por el futuro educativo de la juventud. Citando a Juan Armando Duarte, ingeniero y amigo de Matute: «Platicar con el ingeniero es una experiencia vivificante, es como si se hablara con un hombre siempre joven, que piensa en cosas por hacer, reflexiona en los problemas y sus posibles soluciones.
 
Atentamente
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 17 de febrero de 2022
 
Texto: Amilcar Urbano
Diseño: Joane Manél
Fotografía estatua: AlejandroLinaresGarcia (2015, abril 3). PushingTelmex [Fotografía]. Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:PushingTelmex.JPG