Jaime Sabines; escritor, poeta, político

Jaime Sabines Gutiérrez nace el 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México. Hijo de Julio Sabines y Luz Guitérrez, un inmigrante libanés y una aristócrata de Chiapas, Jaime Sabines creció en un rancho a las afueras de Tuxtla Gutiérrez. Su primer acercamiento a las letras fue gracias a su padre quien, a pesar de su poca educación literaria, le leyó historias de Las mil y una noches.

 

En 1945 se mudó a la Ciudad de México e ingresó a la carrera de medicina de la UNAM, de la que se desencantó rápidamente. Con la autorización de su familia, ingresó a la carrera de filosofía y letras en la misma universidad, donde se adentró en la filosofía existencialista a la par que leía a Pablo Neruda, Césa Vallejo y Ramón López Velarde.

 

En 1950 publica su primer libro, Horal. Sabines escribió el poemario durante varios días en su habitación de estudiante en la Ciudad de México. El libro es testimonio del estilo espontáneo de Sabines: según el propio autor, el libro no tiene correcciones. Al siguiente año publicó La señal y comenzó a ser reconocido más allá de los grupos literarios de la universidad, ganando así el apodo de «El Francotirador de la literatura» por su estilo certero.

 

En 1953 se vio obligado a regresar a Tuxtla Gutiérrez en busca de un empleo estable para mantenerse, por lo que empezó a trabajar en la tienda de telas de su hermano Juan, El Modelo. Si bien en un principio renegó de este empleo al no considerarlo digno de un poeta, comenzó a ver esa momentánea frustración como una fuente de inspiración y aceptación: así nace Tarumba en 1956, una de sus obras más celebradas.

 

En 1959 regresa a la Ciudad de México para seguir trabajando, esta vez en un negocio familiar de distribución de alimentos, de donde nace el poemario en prosa Diario semanario de 1961. Ese mismo año sufre la muerte de su padre por un cáncer, y como forma de catarsis, escribe a lo largo de tres meses Algo sobre la muerte del mayor Sabines, que guarda hasta su publicación en 1973 y rápidamente pasa a formar parte de sus obras fundamentales junto con Horal y Tarumba.

 

Sabines dejó de escribir poco a poco durante sus últimos años, dedicándose únicamente al recibimiento de premios y a recitar sus poemas, abarrotando de oyentes el Palacio de Bellas Artes y la Sala Nezahualcóyotl en la Ciudad de México. Sabines falleció el 19 de marzo de 1999 en la misma Ciudad de México, después de varias complicaciones en su salud.

 

Quizás Jaime Sabines no ha tenido el reconocimiento internacional que otros escritores mexicanos han gozado, pero en escala nacional sigue siendo un referente ineludible para todos aquellos interesados en la poesía, desde escritores hasta músicos que han musicalizado su obra. Tal como decía José Emilio Pacheco de su estilo: «Sabines se equivoca como todos, pero acierta como pocos».