Ignacio Allende

Ignacio María José de Allende y Unzaga nació el 21 de enero de 1769 en San Miguel El Grande (hoy San Miguel de Allende), Guanajuato. Creció dentro del seno de una adinerada familia de comerciantes, con la cual tuvo el apoyo para estudiar en el Colegio San Francisco de Sales en su ciudad natal. 

 

Su afinidad por las armas lo llevaría a iniciar su carrera militar en 1795, ejerciendo como teniente dentro del regimiento de San Miguel El Grande dentro del ejército realista. Fue en uno de sus viajes militares a Jalapa que llegó a conocer los movimientos rebeldes, con los cuales simpatizó. Ya como capitán, se unió a la Conjura de Valladolid en 1809 en Michoacán, pero el fracaso de ésta lo obligó a huir y unirse al nuevo intento de insurrección realizado en Querétaro por Miguel Hidalgo y el resto de independentistas.

 

Durante la primera etapa de la Independencia, Allende fue uno de los principales líderes militares junto con Miguel Hidalgo incluso durante las tensiones que vivían en sus campañas. Allende jamás vio con buenos ojos el saqueo y durante la toma de la Alhóndiga de Granaditas y quiso evitar la masacre de civiles de origen español, reprochándole a Hidalgo su incapacidad de detener al ejército independentista de cometer esos actos.

 

Entre sus más grandes victorias, está la Batalla de Monte de las Cruces en el Estado de México, que él planeó y comandó. Aún existiendo roces con Hidalgo acerca de la estructura del ejército, Allende logró oponerse al ejército realista de forma exitosa pero con bajas significativas. Esta batalla pudo abrirle paso hacia la toma de la capital del Virreinato, pero la falta de recursos y hombres los obligó a regresar y seguir guerreando contra el ejército realista desde otros frentes.

 

Después de varios sinsabores; como la breve Batalla de Aculco, su separación del ejército de Hidalgo y su posterior reencuentro en Guadalajara, Allende e Hidalgo sufrieron su mayor derrota militar en la Batalla del Puente de Calderón en 1811. Los insurgentes restantes huyeron a Aguascalientes donde tuvieron una reunión en la que dejaban claro que Hidalgo sólo tomaría el liderazgo desde el ámbito político, relegando el cargo de liderazgo militar a Allende.

 

Poco se sabe de los nuevos planes de Allende aparte de dirigirse al norte para hacerse de más recursos: en Coahuila sufre una traición por parte del general realista Ignacio Elizondo. El 21 de marzo de 1811 Ignacio Allende es capturado y enviado a Chihuahua, en donde es juzgado, fusilado y decapitado el 26 de junio de ese mismo año. Actualmente sus restos descansan en el Monumento a la Independencia en la Ciudad de México.

 

Ignacio Allende sigue siendo una figura controversial para algunos, ya sea por su antagonismo contra Hidalgo o su esmero por defender a los civiles sin importar su origen. Sin embargo, la participación de Allende como caudillo y militar fue demasiado importante como para ser ignorada, ganando así un espacio importante dentro del inicio de la Independencia de México.